Berberechos al vino (blanco por supuesto). Una fantasía de receta que, si estás en el grupo de l@s más inexpert@s, pensarás que es imposible que la prepares tu sol@. Pero con este plato verás que existen más maneras de comerlos que abriendo esas latas que, si el contenido es bueno, cuestan un ojo de la cara.
Te va a parecer increíble lo fácil y rápido que se preparan. 10 minutos de reloj, literal. Solo necesitas un poco de tiempo para limpiarlos antes de cocinar. Básicamente, meterlos en agua fría. No es como el infierno de limpiar mejillones. Y si sabes comprar bien en la pescadería de confianza, salen bastante económicos.
A mí me gustan mucho, además de por su sabor, porque son muy versátiles. La forma de prepararlos que te presento hoy esta pensada para comerlos, los berberechos, en plan picoteo fino. Vamos, como entrante en una cita no necesitan más presentación. De hecho os podéis servir una copa del vino (te recomiendo que pruebes un Godello) mientras que estáis cocinando y… el resto lo dejo a tu imaginación. Pero también te valen como aperitivo en una comida o cena más informal. El marisco nunca falla (a menos que seas alérgic@ claro…).
Además veremos, el próximo día, cómo con una elaboración muy parecida se convierten en la salsa perfecta de una pasta. Eso sí, son de estas recetas que hay que comerlas en el momento de la preparación, no vale dejarlas reposar.
Así que no tienes excusa para no probarlos ¡vamos con nuestros berberechos al vino!