Pan casero. Sé que te resultará extraño encontrar esta receta en el blog. Los panes normalmente necesitan masa madre, harina de fuerza, un montón de horas de reposo y 800 pruebas para conseguir que la corteza te salga crujiente y la miga súper esponjosa. Es decir, todo lo contrario a las recetas rápidas y fáciles que suelo enseñarte.
Pero durante el confinamiento tuve mucho tiempo para probar cosas. Todo el mundo hizo pan así que no iba a ser yo menos. Y si te animas a intentarlo, te prometo que esta receta es la más básica en cuanto a masas, de este delicioso manjar, se refiere y creo que en una cita puedes impresionar a tu acompañante si has hecho tu el pan (bueno, si te ha quedado bien…). Lo más “raro” que necesitas es levadura fresca de panadería.
Si no sabes dónde comprarla, te informo que se vende en tu supermercado habitual. Suele tener forma de cubito y está en la sección de refrigerados. Lo único, no garantizo que queden existencias si nos vuelven a confinar. Caduca relativamente rápido así que tampoco te recomiendo que compres en grandes cantidades.
Otra cosa buena que tiene este pan casero, es que se mantiene muy bien durante un par de días (crujiente por fuera, blandito por dentro). Si ves que empieza a ponerse un poco chungo, le das un golpe de calor en el tostador y listo. El gran dilema será cómo acompañarlo. ¿Qué te parece un buen paté?