Me encanta el aguacate. En cualquiera de sus versiones. Y, sobre todo, me encanta hacer experimentos para crear salsas o patés para mojar en los picoteos. Hoy traigo una versión de guacamole. Y digo versión, porque no es un guacamole. Tiene ingredientes comunes como, obviamente, el aguacate o el tomate pero no tiene nada que ver. Tiene una textura más cremosa perfecta para untar en un buen pan o mojar totopos, zanahorias, puerro… Lo que te apetezca.
También puedes utilizarla como base en una tosta y poner encima salmón, un poco de queso feta y chorro de aceite de aceite de oliva. Te va a encantar y te hará salir un poco de la rutina. Que ya te veo publicando todos los sábados en Instagram la mítica tostada de salmón y aguacate que era muy molona pero está rozando ya la línea de lo rancio (nótese la ironía). Es hora de modernizarse y publicar nuevas modalidades 🙂
Tengo varias versiones de esta misma crema o paté (no sé muy bien cómo llamarla). Te dejo aquí la versión 2.0 que lleva atún y alcaparras (suena raro pero está de muerte). No me entretengo más. Espero que te animes a probar este maravilloso entrante: mi versión de guacamole.